Diabetes
gestacional: consecuencias para el bebé
La diabetes gestacional sin el tratamiento
adecuado tiene efectos perjudiciales en la salud del bebé
La diabetes gestacional afecta entre el 3% y el
6% de todos los embarazos. La
mayoría de embarazadas con diabetes gestacional consiguen un control adecuado
de la glucemia (glucosa en sangre) con medidas como la dieta y el ejercicio
físico y, en algunos casos, con insulina. Así, se minimizan las posibles
complicaciones tanto para el momento del alumbramiento como para el bebé. El
exceso de peso, la hipoglicemia neonatal o las dificultades para respirar son
algunas de las consecuencias para la salud del bebé si la gestante no sigue el
tratamiento adecuado.Cuando a una mujer no diabética se le
detecta por primera vez altos niveles de glucosa en el embarazo, se denomina diabetes gestacional.
Suele detectarse alrededor de los cinco meses de embarazo, o antes, si la mujer
tiene factores de riesgo. Bajo tratamiento no tiene consecuencias pero, en caso
contrario, son múltiples los efectos sobre la salud de la madre y del bebé.
Consecuencias de la
diabetes gestacional en el bebé
Además de aumentar la posibilidad de que
el parto deba ser mediante cesárea y que la madre sufra lesiones en el canal
del parto debido al mayor tamaño del bebé, un mal control de la diabetes
durante el embarazo tiene repercusiones negativas en el neonato.
- Bebés grandes en el momento del parto o macrosomía. Suelen ser bebés de más de 4 kg. Cuando una
mujer sufre diabetes, su páncreas trabaja mucho más para producir
insulina. Sin embrago, no logra disminuir los niveles de glucosa en la
sangre del bebé porque, al contrario que la glucosa y otros nutrientes, la insulina no pasa por
la placenta. De esta manera, la hiperglucemia en la embarazada
provoca hiperglucemia en el bebé. Entonces, el páncreas del bebé produce
más insulina para compensar el exceso de glucosa (y que la insulina
transportará al interior de la célula). El resultado es que el bebé recibe
más energía de lo necesario, que se acumula en forma de grasa, y
contribuye a aumentar el crecimiento del bebé.
La hipoglucemia es el problema
metabólico más común en los recién nacidos y ocurre en hasta 3 de cada 1.000
nacimientos
- Hipoglucemia neonatal.
El bebé en desarrollo recibe la glucosa a través de la placenta de la
madre que, en el momento del alumbramiento, se suspende. Después, la
obtienen produciéndola en el hígado y de la alimentación. Pero, cuando hay
demasiada insulina en la sangre, el bebé puede sufrir hipoglicemia (bajada
del nivel de glucosa). La hipoglucemia es el problema metabólico más común
en los recién nacidos: ocurre entre 1 y 3 de cada 1.000 nacimientos, sobre
todo en bebés demasiado grandes para su edad gestacional y con madres con
diabetes. A pesar de que, a menudo, no manifiestan síntomas, algunos de
las más comunes son: piel azulada o pálida, problemas respiratorios
(pausas respiratorias o respiración rápida), hipotonía, irritabilidad,
problemas para mantener el calor corporal, sudoración, nauseas y vómitos
e, incluso, convulsiones, entre otras.
- Lesiones en el momento del parto. Se producen debido al gran tamaño del bebé
cuando el parto es por vía vaginal. Entre los problemas más comunes están
la fractura de clavícula o la parálisis en los nervios del hombro o del
brazo.
- Mayor riesgo de sufrir diabetes en el futuro. Los bebés con exceso de insulina tienen más
riesgo de ser obesos y desarrollar diabetes
mellitus tipo II en la adolescencia y en la adultez.
- El
exceso de glucosa o de insulina pueden provocar un retraso en el desarrollo
de los pulmones del
bebé.
- Mayor riesgo de hipocalcemia (niveles bajos de calcio en sangre). La
hipocalcemia neonatal se produce como consecuencia de la inmadurez de las
glándulas paratiroideas, responsables de su producción, y se da, sobre
todo, en prematuros y bebés de bajo peso, aunque también en bebés que han
sufrido un parto difícil y en neonatos de madres diabéticas. Los síntomas
-letargo, irritabilidad, temblores o espasmos musculares, entre otros- son
similares a los producidos por la hipoglucemia.
- El
recién nacido puede presentar ictericia
neonatal -coloración
amarillenta en la piel y la esclerótica del ojo- por un exceso de bilirribina en la sangre (pigmento que crea
el organismo durante el reciclaje de los glóbulos rojos viejos).
- Aumento del riesgo de fallecimiento de recién nacidos y mortinatos (bebé que nace
muerto).
Cuando la embarazada es
diabética
Cuando una mujer diabética queda
embarazada, debe tener un minucioso control de su enfermedad, ya que no está
exenta de complicaciones. Además de tener riesgo de desarrollar hipoglucemia,
cetoacidosis diabética, lesiones en la retina o nefropatía, asociadas a la
propia diabetes, muchas sufrirán hipertensión.
En este caso, los problemas que pueden manifestarse son:
- Malformaciones congénitas, sobre todo del canal neural o lesiones cardiacas. Se dan en un
6%-8% de los hijos de madres diabéticas, es decir, con una incidencia tres
veces superior que en la población general.
- Mayor
riesgo de muerte
intraútero, a veces, de forma inesperada.
- Macrosomías o,
por el contrario, recién
nacidos de tamaño pequeño por
retraso intrauterino en diabéticas de larga evolución con complicaciones
vasculares.
- Neonatos
con problemas
respiratorios graves ,
como el síndrome de distrés respiratorio.
- Hipoglucemia
- Exceso
de bilirrubina en sangre
Cómo prevenir la diabetes gestacional
Seguir
una alimentación adecuada y equilibrada, mantenerse en un peso saludable y
practicar ejercicio de forma moderada cada día son claves para prevenir la
diabetes gestacional. El 25% de las mujeres que han sufrido diabetes
gestacional desarrollan diabetes mellitus tipo 2 al cabo de 5 o 10 años. Por
este motivo, mantenerla a raya reduce, años más tarde, la posibilidad de
desarrollar esta enfermedad metabólica. Los especialistas recomiendan el
control adecuado de la gestación y realizarse la prueba de detección entre la 24 y 28 semanas de embarazo.
MONTSE ARBOIX
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