jueves, 27 de diciembre de 2012

Calorías de más en Navidad: cuatro consecuencias



El exceso de calorías que se consume en Navidad puede tener repercusiones sobre la salud



Muchos de nosotros, de forma consciente o inconsciente, nos damos atracones en Navidad. Las comidas festivas, además de abundantes, no siempre son del todo sludables y se acompañan de una indulgencia nada recomendable con el consumo de bebidas alcohólicas, que además de calorías contienen, como su nombre indica, alcohol (una sustancia tóxica y adictiva). La combinación puede tener consecuencias indeseadas, algunas de las cuales podrían empañar la alegría de las fiestas. Por ello, en estas fechas, es importante prestar especial atención a nuestros hábitos dietéticos. El siguiente reportaje expone cuatro posibles consecuencias negativas si seguimos una dieta inadecuada en Navidad.

Primera consecuencia de los excesos navideños: más episodios cardiovasculares

Las muertes relacionadas con el corazón aumentan un 5% en la temporada de fiestas de fin de año

El 35% de los adultos en España -y hasta el 68% de los mayores de 65 años- padece hipertensión. De ellos, la mitad sufre hipercolesterolemia (elevación excesiva del colesterol sanguíneo). En este gran grupo de población resulta muy juicioso evitar los excesos navideños. Una de las razones es que las calorías excesivas de los menús navideños no vienen solas: les acompaña una alta cantidad de "nutrientes conflictivos": grasas saturadas, grasas trans, azúcares y sodio (la sal es cloruro sódico).
De hecho, la Navidad, pese a que es un momento mágico de encuentro con los seres queridos, se asocia con un aumento significativo de las muertes por eventos cardiovasculares. Así lo revelan estudios publicados en 1998, 1999 y 2004, y lo confirma un análisis publicado en 2010 en la revista Social Science & Medicine. Se estima que las muertes relacionadas con el corazón aumentan un 5% en la temporada de fiestas de fin de año. Aunque sobre este riesgo influyen muy diversos factores (se demora la solicitud de ayuda médica, los niveles de personal sanitario son insuficientes, el clima es más frío, etc.), la alimentación es uno de ellos y no el menos importante.

Segunda consecuencia de los excesos navideños: medio kilo de más

Cuando tenemos muchos alimentos delante, nos cuesta controlar la cantidad que comemos y tendemos a ingerir por encima de nuestro apetito. Esto resulta preocupante en Navidad, ya que tarde o temprano nos enfrentamos a comidas copiosas cocinadas con tanto amor como calorías. Esto se traduce en que, en general, comenzamos el año con más peso. Si bien es fácil encontrar datos que apuntan que solemos ganar más de dos kilos en Navidad, lo cierto es que la cifra es menor: medio kilo. No obstante, esos 500 gramos (que mantendremos el resto de año), son motivo de preocupación para los expertos en salud pública, porque nuestras tasas de obesidad no cesan de aumentar.
¿Es peligrosa la obesidad? Pese a que hay investigadores que consideran que sus efectos sobre nuestra salud se parecen a los de un "tsunami", la respuesta más correcta a esta pregunta es "depende". Por una parte, estudios rigurosos (como un seguimiento de 1,46 millones de adultos durante 10 años, publicado en la revista New England Journal of Medicine) señalan que tanto el sobrepeso como la obesidad aumentan el riesgo de morir de forma prematura. Sin embargo, una reciente investigación ha añadido un "pero" a esta conclusión, que es imprescindible matizar.
Un equipo de científicos de la Unidad de Nutrición Preventiva del Instituto Karolinska, liderados por un investigador español, el doctor Francisco Ortega, concluyó el pasado mes de septiembre, que las personas con una buena condición aeróbica tienen menor riesgo de sufrir enfermedades del corazón o cáncer, padezcan o no obesidad. Es decir, un buen estado físico cardiorrespiratorio o aeróbico en personas con exceso de peso equipara su tasa de mortalidad a la de los individuos cuyo peso está dentro de los parámetros recomendados. El estudio, que evaluó nada menos que a 43.265 adultos, nos recuerda una razón más para evitar el sofá y salir a buscar el sol de la tarde.
Pese a la esperanzadora conclusión de la publicación de Ortega y colaboradores, la realidad es que España es hoy uno de los países con más sedentarismo de la Unión Europea. Al mismo tiempo, las tasas de inactividad tienden a ser más frecuentes en personas con exceso de peso. Un reciente artículo publicado en EROSKI CONSUMER aporta siete consejos para abordar las comidas navideñas sin miedo a la báscula.

Tercera consecuencia de los excesos en Navidad: empachos y digestiones pesadas

El sistema digestivo tiene una capacidad y funcionalidad limitadas, por lo que no conviene abusar de las comidas

La Sociedad de Cirugía Vascular (Society for Vascular Surgery), con sede en Chicago, declaró en 2011 que, en estas fechas, "las salas de emergencias de los hospitales se llenan de invitados demasiado hartos". Como es lógico, si nos excedemos con la cantidad de calorías que ingerimos, nuestra digestión se va a resentir, ya que nuestro sistema digestivo tiene una capacidad y funcionalidad limitadas.
Tal y como declaró para Diario Médico en 2007 el doctor Salvador Jiménez, "se estima que un menú de Navidad triplica la ingesta de cualquier dieta equilibrada". No en vano, en las fiestas, los dietistas-nutricionistas atienden a muchos pacientes cuyo principal síntoma es un simple empacho, una de las molestias más comunes en Navidad. Las secuelas del empacho no son nada glamorosas: sensación de pesadez, dolor estomacal, ardor, acidez, e incluso, vómitos. Y ello no solo es fruto de las comidas copiosas, sino también de las bebidas.

Cuarta consecuencia de los excesos: daños atribuibles a las bebidas alcohólicas

En España, el alcohol nos aporta el 5% de nuestra ingesta energética, pero en Navidad la cifra aumenta, ya que somos más permisivos con el consumo de bebidas alcohólicas. En la mayoría de reuniones es frecuente beber alcohol. Tal y como apunta un estudio de Vidal-Infer y colaboradores, "dentro del grupo es permisible beber más que los demás, pero nunca beber menos".
El consumo de alcohol puede generar el síndrome cardiaco festivo, relacionado con los eventos cardiovasculares
Al consumo de alcohol le suele acompañar la resaca, ¿pero sucede algo más en nuestro cuerpo? Por su contenido calórico, entre otros motivos, las bebidas alcohólicas aumentan el riesgo de padecer obesidad. Así lo señala una reciente publicación en la revistaEuropean Journal of Clinical Nutrition. Pero el alcohol eleva las tasas de mortalidad en Navidad por algo distinto a sus calorías. Estas bebidas, además de intoxicaciones (más frecuentes en las fiestas), pueden generar el síndrome cardiaco festivo, relacionado con los eventos cardiovasculares. De hecho, una de las explicaciones que justifica el aumento de muertes en Navidad es nuestro consumo de alcohol. Y es que este se considera una sustancia adictiva y tóxica que supone la tercera causa de enfermedad y muerte prematura, incluso por encima del tabaco. Una razón es su implicación en los accidentes de tráfico. ¿Es posible garantizar al 100% que no conduciremos después de beber?
El actual consumo de alcohol supone, según el GREP-AEDN, una de las principales causas de mortalidad en España ya que, además de estar implicado en infinidad de problemas sociosanitarios (violaciones, agresiones, atropellos, suicidios...), aumenta las posibilidades de sufrir trastornos mentales, afecciones gastrointestinales, cánceres, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y musculoesqueléticas, trastornos reproductivos, daño prenatal y un largo y turbador etcétera. Un reciente consenso europeo señala que "el alcohol está relacionado con más de 130 categorías de enfermedades".
Otra cuestión importante es que beber delante de nuestros hijos implica ofrecerles un mal modelo de comportamiento, sobre todo si son adolescentes. Conviene recordar que nuestros hijos nos miran y aprenden de nuestro ejemplo y que la Navidad es uno de los primeros momentos en los que los escolares españoles comienzan a beber. En palabras del pediatra Carlos González, "¿seremos capaces de mostrarles que podemos estar de fiesta sin tomar alcohol, que podemos disfrutar en compañía de la familia sin consumir drogas?"

Ser conscientes de lo que comemos es útil para ganar salud en Navidad

El catedrático de Nutrición y Bromatología Jordi Salas-Salvadó consideró en una entrevista que concedió a EROSKI CONSUMER en mayo de 2012 que uno de los principales "males alimentarios" que padece nuestra sociedad es que no pensamos lo que comemos. Las más recientes recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón para estas fiestas coinciden con el punto de vista del profesor Salas-Salvadó, ya que apuntan que cuando prestamos atención a lo que ingerimos, podemos realizar pequeños cambios que marcarán a medio-largo plazo una gran diferencia sobre nuestra salud.
Las fiestas navideñas son, en resumen, una temporada perfecta para mejorar nuestra salud a través de la alimentación. Para predicar con nuestro ejemplo mientras hacemos ejercicio. Para demostrar a nuestros familiares y amigos que podemos disfrutar de la Navidad sin necesidad de recurrir al alcohol o al tabaco. Y para prevenir, en resumen, las nefastas consecuencias de seguir un estilo de vida poco saludable.



JULIO BASULTO

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Superar el estreñimiento: ejercicio, alimentación y rutinas



Dos de cada tres españoles no consultan con ningún profesional sanitario sus problemas de estreñimiento, según una reciente encuesta

Uno de cada cinco españoles tiene problemas de estreñimiento, según datos recientes de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). A pesar de que el 20% de las consultas de atención primaria en España están relacionadas con estos síntomas, el porcentaje podría ser mayor si todos los afectados consultaran con su médico o enfermera. Según una encuesta reciente, solo lo hace uno de cada tres. En este artículo se describen las principales causas del estreñimiento y se aportan algunos consejos para aliviarlo durante todo el año y, de manera especial, en épocas festivas como la Navidad.

Dos de cada tres españoles no consultan con ningún profesional cuando sufre problemas de estreñimiento, según una encuesta del Foro de Regulación Intestinal sobre 2.000 personas de toda España. Como apuntan los resultados, entre los motivos por los que no se acude al médico es la poca importancia que se otorga a estos síntomas o la vergüenza que da reconocer que se padece este problema. También la pereza y la falta de tiempo son algunas razones que se esgrimen para no acudir a la consulta. Los que más acuden al médico o al farmacéutico ante un problema de esta índole son los mayores de 65 años, en concreto, un 40%.
Se entiende por estreñimiento cuando una persona hace menos de tres deposiciones por semana. No obstante, este criterio no es suficiente per se, ya que muchos afectados refieren una frecuencia normal pero con molestias asociadas, como un esfuerzo excesivo, consistencia muy dura de las heces o una sensación de evacuación incompleta. En general, el pronóstico es leve, excepto en niños y ancianos. Si las molestias perduran más allá de las 72 horas, algunos profesionales recomiendan supositorios o microenemas. En el caso de que se prolongue, lo aconsejable es acudir al médico de familia para comprobar si hay una patología asociada y establecer unas pautas nutricionales adecuadas.

Contra el estreñimiento: alimentación, ejercicio y horarios regulares

En las fiestas navideñas es frecuente sufrir estreñimiento, ya que se ingiere menos fibra, se cambian los horarios de comida y de sueño y se bebe más alcohol

Los principales factores de riesgo de padecer estreñimiento son una alimentación inadecuada, la falta de ejercicio y, por último, reprimirse las ganas de ir baño. En fechas recientes, también el hecho de sufrir estrés se ha posicionado como elemento sustancial, ya que suele provocar un aumento de la ingesta de comida rápida y una disminución de la de fruta y fibra.
La Fundación Española del Aparato Digestivo, FEAD, resume en cinco puntos, los consejos para reducir el estreñimiento y tener una buena salud intestinal:
  • Comida: son muy recomendables las hortalizas frescas, las frutas y los cereales integrales por su contenido en fibra (en España solo se consume la mitad de lo aconsejado); también las legumbres y los frutos secos (que hay que comer dos veces por semana). Hay que moderar el consumo de alimentos flatulentos y limitar los azúcares refinados (dulces, pasteles, etc.), los alimentos grasos, el café y los picantes.
  • Agua y bebidas: incrementar la ingesta de agua o líquidos -infusiones no estimulantes y caldos suaves- y limitar los refrescos azucarados y con gas.
  • Cocinado de los alimentos: para facilitar la digestión son preferibles las cocciones suaves, como el vapor, el horno o el papillote.
  • Ejercicio suave diario: ir andando a los sitios, bajarse del metro una o dos paradas antes, bailar o montar en bicicleta son actividades suficientes para el estreñimiento.
  • Horarios: mantener un horario regular para las comidas, no cenar tarde (provoca que uno se levante sin hambre por la mañana y no desayune de forma adecuada) y tratar de ir al baño siempre a la misma hora, en un ambiente relajado e íntimo son otros consejos.
El Foro de Regulación intestinal recomienda también productos naturales de efecto laxante de dispensación farmacéutica, en caso de pasar varios días sin ir al baño. Las plantas medicinales que ayudan a la regulación del tránsito intestinal, como la frángula, el fucus o la cáscara sagrada, favorecen las deposiciones.
Por su parte, los especialistas insisten en obviar algunos mitos que rodean al estreñimiento y que, en realidad, pueden ser contraproducentes. Reiteran que es falsa la creencia de que fumar evita el estreñimiento y que, por el contrario, comer muchos yogures estriñe.

¿Quién sufre más estreñimiento?

En general, se calcula que el estreñimiento ocasional afecta a uno de cada cinco españoles. Las personas que más sufren son las mujeres (18%) por su anatomía pélvica, los factores hormonales o el sedentarismo.
De la misma manera, la franja de edad comprendida entre los 50 a 64 años es una de las más propensas. El problema se debe a que estas personas toman una gran cantidad de fármacos de manera habitual que alteran la regulación intestinal y, por otro lado, tienen unas condiciones físicas que dificultan la movilidad del intestino.
Asimismo, hasta el 38% de las mujeres embarazadas desarrollan problemas para defecar durante la gestación, debido a cambios fisiológicos y anatómicos del aparato digestivo. En estos casos, según publicaba hace poco el Colegio de Médicos de Familia de Canadá, se produce un aumento de los niveles de progesterona y una reducción de los niveles de hormonas motilina, que disminuyen el tránsito intestinal. Además, aumenta la absorción de agua de los intestinos, que provoca unas heces más secas. Del mismo modo, mientras avanza el embarazo, el aumento del tamaño del útero puede ralentizar el movimiento del intestino.

Excesos navideños y estreñimiento


Durante las Navidades, la mayoría de la población realiza excesos, sobre todo, alimentarios. En general, durante y después de estas fechas, es recurrente sufrir estreñimiento, ya que durante las fiestas se ingiere menos fibra, se cambian los horarios de comida y de sueño y se bebe más alcohol de lo habitual. Para que todo ello no pase factura, los especialistas insisten en:
  • Evitar prolongar en exceso el tiempo que se está sentado durante los ágapes navideños, que provocan que se coma y beba más de la cuenta.
  • Compensar las comilonas con una alimentación equilibrada el resto de los días y evitar picar entre horas.
  • Olvidarse de los licores de alta graduación.
  • Beber dos litros de agua a lo largo del día y no abandonar la ingesta de alimentos ricos en fibras, las hortalizas y las frutas frescas.
  • Presentar los dulces en la mesa en poca cantidad y en pequeñas porciones.
  • Comer despacio y con tranquilidad.
  • Tratar de evitar el estrés. A menudo, durante la época navideña, se generan momentos de nerviosismo. Es vital organizarse, establecer prioridades y no dejar que las tareas se acumulen.

NÚRIA LLAVINA RUBIO


jueves, 20 de diciembre de 2012

Semillas que pueden ser venenosas




Algunos vegetales que forman parte de la dieta habitual pueden llegar a ser perjudiciales si se consumen en ciertas circunstancias

 La mayoría de las personas, cuando oye hablar de plantas tóxicas, piensa en especies silvestres. Pocos saben que también se pueden encontrar en el parque, en el jardín, e incluso, en la mesa. Y es que algunos de los vegetales que forman parte de la dieta habitual, consumidos en ciertas circunstancias, pueden llegar a ser perjudiciales. En casi todos los casos, los síntomas suelen ser leves y las "intoxicaciones" pasan casi desapercibidas. A veces nos "cae mal la comida", sin razón aparente, o se siente un malestar pasajero que puede deberse a la ingesta de determinadas verduras. No son especies poco habituales, sino alimentos comopatatas, tomates, manzanas o espinacas, imprescindibles en una dieta equilibrada.

La parte carnosa de las semillas de algunas frutas muy populares, como peras, manzanas, melocotones o albaricoques, contienen un precursor del cianuro, aunque la cantidad es muy pequeña y, consumida en las raciones habituales, no causa trastornos. El cianuro es un potente veneno que "asfixia" la célula, bloquea la cadena respiratoria celular e impide que esta pueda utilizar el oxígeno, elemento imprescindible para su función. Se considera que la ingestión de 50 semillas de manzana o pera, o de la parte carnosa de 30 huesos de melocotón, albaricoque o ciruela, pueden causar la muerte en un adulto. Las almendras amargas también contienen amigdalina que, en contacto con la saliva, se convierte en un precursor del cianuro. De ahí que en los tratados clásicos de criminología se describa que los envenenados con cianuro desprenden un olor característico a almendras amargas. Las almendras dulces, cuando están tiernas, también contienen este principio, aunque en menor cantidad, ya que al madurar pierden este componente.

Evitar las patatas con brotes

Otro principio activo que puede provocar trastornos es la solanina, un alcaloide irritante para la mucosa gastrointestinal y con efectos sobre el sistema nervioso. Si se ingiere, provoca irritación en la boca y la faringe. También se desarrollan náuseas, vómitos y diarreas. Los síntomas neurológicos incluyen apatía, alucinaciones, temblores y parálisis. La mayoría de estos síntomas se resuelven en menos de 24 horas y son raros los casos de intoxicaciones graves.

Una forma de eliminar la solanina de las patatas consiste en cocerlas en agua con vinagre

Esta sustancia es abundante sobre todo en plantas del géneroSolanum, que incluye unas 1.500 especies, algunas de ellas tan populares como las patatas (Solanum tuberosum), los tomates (Solanum lycopersicum) y las berenjenas (Solanum melongera). Los alcaloides tóxicos se acumulan en las zonas no comestibles (partes verdes de la planta). No obstante, son posibles intoxicaciones poco importantes tras la ingesta de patatas con piel, sobre todo si tienen zonas verdes.
Para evitarlo, se aconseja no consumir patatas con brotes o con numerosas zonas enverdecidas, ya que en estos ejemplares la cantidad de solanina aumenta de forma considerable. La exposición a la luz provoca un aumento en la concentración del tóxico, de ahí la costumbre de guardar las patatas resguardadas de la claridad. Una forma de eliminar la solanina consiste en cocer las patatas en agua con vinagre y luego descartar el agua. En el caso de los tomates, el tóxico es más abundante en los ejemplares verdes.

Rechazar el agua de algunas verduras

Otros vegetales también populares, como espinacas y acelgas, contienen pequeñas cantidades de ácido oxálico que, ingerido en elevadas cantidades, provoca trastornos gastrointestinales y alteraciones renales. La concentración de oxalatos puede llegar a ser abundante en el agua de cocción de estas verduras, que conviene rehusar. Las bellotas contienen una cantidad variable de taninos, en mayor proporción en los ejemplares verdes. Los taninos son sustancias muy abundantes, presentes en casi todas las especies. Su toxicidad es escasa, aunque pueden provocar síntomas si se ingieren en cantidad considerable.
La intoxicación por taninos es más frecuente entre los animales. Los ovinos, bovinos y equinos son más sensibles que las aves y los cerdos, que son casi "inmunes" a su acción. Algunas crucíferas, como la col y la coliflor, contienen una cantidad variable de tiocianatos, sustancias que interfieren la función del tiroides. En zonas donde el consumo de estas verduras es muy elevado, son frecuentes los casos de hipotiroidismo. El senecio, o hierba cana, puede dar lugar a intoxicaciones crónicas cuando se consumen sus semillas, mezcladas con harina de trigo. El pan horneado con esta harina puede provocar, si se ingiere de forma continuada, falta de apetito, pérdida de peso y problemas hepáticos.
Un apunte sobre uno de los mecanismos de intoxicación más curiosos y poco conocido es el producido, de forma indirecta, tras el consumo de animales que habían ingerido la planta. Este es el caso de la intoxicación por cicuta provocada por la ingesta de perdices o codornices que han comido las semillas de estas plantas. También se han descrito trastornos tras la ingesta de caracoles que se han alimentado con hojas de roldón.

 TERESA ROMANILLOS

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Receta


Gambas con alubias


Tiempo de preparación 2 horas
Para una persona
Temporada otoño, invierno


Ingredientes


3 gambas langostineras
40 gr. en seco, de alubias
2 cucharadas soperas de salsa marinera


Ingredientes de la salsa marinera


125 gr. de gambitas
Vino blanco
1 Cebolla
1 Tomate
1 Puerro
2 Zanahorias
2 l. de agua
Sal, pimienta, aceite de oliva
1 Hoja de laurel


Preparación


Cocer las alubias (previamente remojadas durante 6-8 horas) con agua, una zanahoria, una cebolla y una hoja de laurel. Saltear las gambas con un poco de aceite. Calentar las alubias ya cocidas y escurridas, con las dos cucharadas de salsa. Encima poner las gambas, un poco de sal Maldon (sal gruesa) y perejil picado.


La salsa


Salsa marinera

En un cazo de fondo grueso poner un poco de aceite i las gambitas. A continuación añadir la mezcla hecha con las verduras y el vino blanco. Cuando esté todo dorado, añadir dos litros de agua y reducir, a fuego lento, hasta la mitad.
Pasar la salsa por un colador chino.


Comentario nutricional


Esta receta puede ser perfectamente un plato único ya que nutricionalmente es muy completa; las gambas nos aportan proteínas y pocas grasas.
Las alubias pertenecen al grupo de las legumbres, es una buena fuente de proteína (incompleta o de bajo poder nutritivo) y de origen vegetal, ricas en fibra que nos ayuda a regular el tránsito intestinal e hidratos de carbono complejos, que nos permiten obtener energía de forma lenta y gradual para el resto del día.


viernes, 7 de diciembre de 2012

El turrón


El dulce navideño por excelencia...

¿Qué es el turrón y como se elabora?

El turrón es una masa obtenida por cocción de miel y azúcar, con o sin clara de huevo y albúmina (proteína), a la que se incorporan posteriormente, con un amasado, almendras tostadas y peladas. La miel puede ser sustituida total o parcialmente por otros azúcares en sus distintas clases y derivados.
La elaboración del turrón empieza con los tratamientos previos a los que se somete a la almendra y que son los siguientes: 
* Escaldado al vapor: para reblandecer la piel, que es separada posteriormente mediante un sistema de rodillos.
 
* Secado de las almendras: para eliminar humedad, en parte incorporada durante el proceso de escaldado.
 
* Clasificación y selección: se separa el polvillo, cáscaras, almendras quemadas, etc. En esta clasificación, las almendras enteras se reservan para el turrón duro, donde dichas almendras aparecen enteras y a la vista. Las rotas se reservan para el turrón blando, el mazapán, etc., donde se trabaja con la almendra molida.
 
* Tostado o no de las almendras.
La elaboración del turrón empieza con la cocción a alta temperatura (140ºC aproximadamente) de la miel y el azúcar en unas calderas provistas de agitadores. Cuando se alcanza el punto deseado, se añade la almendra y la albúmina y se continua la mezcla en caliente. Después viene el moldeado en caliente, con la adición previa del resto de los ingredientes, ya que el turrón solidifica rápidamente. Por último, se empaqueta y almacena.

Principales materias primas...

Las materias primas utilizadas en el turrón, en sus distintos tipos son muy variadas, así tenemos junto a las almendras, miel, azúcar y albúmina las siguientes: avellanas, nueces, piñones, anacardos, pistachos, cacahuetes, coco, manteca de cacao, cacao, café, leche, nata, yema de huevo, frutas trituradas, agua, gelatinas, féculas, harinas, arroz hinchado, obleas, especias, licores, proteínas vegetales, limón, naranja, aditivos autorizados, etc. 
La variedad de almendra más apreciada en turronería es la Marcona, aunque también se utilizan otras como la Llargueta.

Tipos de turrones más importantes

1- Turrón blando, donde la almendra es molida y mezclada con el resto de ingredientes. El representante por excelencia es el turrón de Jijona (denominación de origen). 
2- Turrón duro, donde la almendra se mezcla entera con el resto de ingredientes. El representante máximo es el turrón de Alicante, turrón que goza de denominación de origen.
 
Los turrones blando y duro están elaborados exclusivamente con almendras peladas o con piel y tostadas, miel, azúcares, clara de huevo y albúmina, agua y los aditivos autorizados.
 
3- Turrones diversos, con denominación según los ingredientes que entran en su composición (yema, crema, nieve, praline, chocolate, licores, etc.). Estos turrones pueden rellenarse o recubrirse con preparados de confitería, pastelería y frutas confitadas, debiendo diferenciarse perfectamente del turrón, la cobertura o relleno.
 
4- Turrones de féculas son los que llevan incorporadas féculas o harinas alimenticias hasta un contenido máximo del 15% de almidón (hidrato de carbono complejo) calculado sobre extracto seco.

Categorías del turrón blando y duro

Si se atiende a los porcentajes mínimos de almendra, los turrones blandos y duros se clasifican en varias categorías: Suprema, Extra, Estándar y popular.

Composición nutritiva

En general, todos los dulces navideños (turrones, mazapanes, polvorones, guirlaches...) tienen una composición muy similar; ricos en grasas y azúcares y consecuentemente, de elevado valor calórico.

Tabla de composición nutritiva por 100 gramos de turrón (valores promedio)


Calorías
Proteínas (g)
Grasas (g)
Hidratos (g)
Fibra (g)
Blando
537
16,0
37
35,0
8
Mazapán
500
13,0
33
37,5
11,9
Yema
504
12,5
32
41,5
8
Duro
500
15,0
37
36,0
8

Fósforo (mg)
Calcio (mg)
Hierro (mg)
Fólico (mcg)
Vit. E (mg)
Blando
358,4
153,6
1,98
23,04
15,6
Mazapán
7
279,0
151,2
2,50
57,13
Yema
335,9
143,0
1,91
21,76
14,4
Duro
282,0
152,4
2,50
57,60
12,0

Ventajas e inconvenientes de su consumo

Por tratarse de un alimento muy concentrado en grasas, hidratos de carbono y calorías, su consumo debe ser limitado en caso de obesidad, personas que requieren de una dieta de control de grasas y, dado su aporte de hidratos de carbono, las personas que sufren de diabetes, deberán tenerlo en cuenta para no sobrepasar la cantidad recomendada de estos nutrientes por toma según sea su dieta.
Quienes sufren intolerancias alimentarias, tales como celiaquía (intolerancia al gluten) o intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche) o alergias alimentarias, como alergia a la caseína (proteína de la leche de vaca), al huevo; tendrán que leer detenidamente la lista de ingredientes de cada turrón para asegurarse de que los pueden consumir sin riesgo para su salud. 
Cuantos más ingredientes añadidos tiene un turrón, menor es la posibilidad de consumo para estas personas, puesto que es fácil que incluyan alguno de los ingredientes o aditivos que les provoca malestar.
Lo cierto es que no hay porqué renunciar a ellos, pero que tampoco conviene abusar.