GANADERÍA REVOLUCIONARIA CON AGUA DE MAR Y “MMS”
Gracias
al trabajo extraordinario de un ganadero valiente y a la vez inteligente, se
va a poder evolucionar de una ganadería industrial
aberrante a otra, donde al menos los animales no sean tratados
indiscriminadamente con antibióticos, anti-inflamatorios , vacunas y demás
arsenal farmacéutico.
En
estos momentos de cambios en la legislación europea en pro de una mejor
calidad de vida de los animales en granja, no es casualidad que se les haya
pasado por alto el tema de la medicación y la alimentación que deben
recibir.
Los
poderosos lobys farmacéutico y alimentario tienen bien acotado el espacio en
el que se puede mover la política comunitaria.
Con
espaciar un poco el hacinamiento actual de los animales de granja ya se
dan por satisfechos.
En cambio Roger
Rabes “ el ganadero en cuestión” a dado un paso de gigante al cambiar la
alimentación basura de sus animales, hacia una sin transgénicos y con
mas pasto seco y dando preventivamente y curativamente agua de mar a sus
animales para prevenir y curar casi todas las enfermedades que puedan
aparecer.
Cuando
algún animal , a pesar de todo cae enfermo y si es de temer por su vida,
Roger a experimentado con resultados casi milagrosos el uso del MMS (Dióxido
de Cloro), obtenido a partir de un mineral , el Clorito sódico, de coste
ínfimo, mas un ácido (ácido cítrico o ácido clorhídrico) también obtenido a
precios irrisorios.
Simplemente
con una buena alimentación, agua de mar y Dióxido de cloro, prácticamente no
conoce las bajas por enfermedad y consigue una carne sin ningún residuo
químico farmacéutico. Ahorrándose además un montón de dinero en medicamentos
inútiles.
Si la Unión Europea
copiara los avances del sistema de producción que ha experimentado Roger,
toda la Sociedad
gozaría de una carne sin antibióticos , que como todos sabemos son en parte
la causa de la resistencia observada en humanos de casi todos los
antibióticos conocidos, que hace exponernos a pandemias de todo
tipo sin disponer de efectividad de ninguno de los antibióticos utilizados
tanto en humanos como en animales.
La
experimentación además del Dióxido de cloro en animales sin ningún efecto
secundario, pone en cuestión la prohibición de la Administración
sanitaria española para uso en humanos, desaprovechando un producto que
podría salvar muchas vidas de personas afectadas de infecciones graves, no
controladas actualmente por casi ningún medicamento.
Josep
Pamies
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