El consumo
habitual de nueces se asocia a una mejor memoria de trabajo, la que permite el
almacenamiento a corto plazo de la información, según un reciente ensayo
Un consumo
elevado de alimentos ricos en polifenoles propios de la cultura y la dieta
mediterránea, como las nueces y el aceite de oliva virgen, se asocia
con una mejor
puntuación en pruebas de memoria y en la función cognitiva
global en personas ancianas con
factores de riesgo cardiovascular. Esta es la conclusión a la que ha llegado
una nueva investigación realizada con participantes del Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea),
el mayor ensayo de intervención nutricional con dieta mediterránea para la
prevención de enfermedades cardiovasculares y otras patologías frecuentes en
personas de alto riesgo.
En los últimos años, la atención investigadora se ha
centrado en evaluar cómo distintos antioxidantes son capaces de inactivar
especies reactivas del oxígeno y proteger contra el estrés oxidativo. Las
nueces son ricas en componentes destacados por sus propiedades antioxidantes y
antiinflamatorias. El consejo de comer nueces a diario es sencillo de
transmitir y fácil de llevar a cabo como un hábito alimenticio saludable,
barato y sin efectos secundarios, pero sí con grandes beneficios para la salud.
Nueces,
memoria y función cognitiva
Los alimentos ricos en antioxidantes típicos de la dieta
mediterránea, como nueces y aceite de oliva, podrían contrarrestar el declive
cognitivo asociado a la edad
Averiguar la relación entre la alimentación y la función
cognitiva se ha convertido en una prioridad científica y del ámbito de la
prevención en salud pública. En el ensayo realizado por el equipo de Emilio
Ros, jefe de la Unidad de Lípidos del Hospital Clínic de Barcelona, el consumo
habitual de nueces, y no de otros frutos secos, se asocia con una mejor memoria
de trabajo. Los autores lo definen como "el sistema que permite el
almacenamiento a corto plazo de la información para realizar tareas verbales y
no verbales, como el razonamiento y la comprensión, y determina que estén disponibles
para procesamientos de la información posteriores".
En palabras de la autora principal de la investigación,
Cinta Valls-Pedret, "el consumo de alimentos ricos en antioxidantes
típicos de la dieta mediterránea podría contrarrestar el declive cognitivo asociado
a la edad" y, de forma eventual, reducir la incidencia de enfermedades
neurodegenerativas, incluida el Alzheimer.
Alzheimer: las
nueces protegen
Un resultado esperanzador surgió tras la investigación
realizada por el Departamento de Neuroquímica del Instituto de Investigación
Básica en Discapacidades del Desarrollo del Estado de Nueva York. En ella se
comprobaron los efectos protectores del extracto de nuez contra la muerte
celular inducida del péptido beta-amiloide (Aß) y el estrés oxidativo celular.
Este péptido es el principal componente de las placas seniles y los depósitos
de amiloide cerebrovascular en personas con enfermedad de Alzheimer. Se sabe
que este componente aumenta la producción de radicales libres en las células
neuronales, lo cual da lugar a estrés oxidativo y muerte celular.
Según Abha Chauhan, directora científica de la
investigación neoyorquina, "los resultados de nuestros estudios previos y
el estudio actual (en referencia al estudio del Predimed) sugieren que la dieta
con nueces puede reducir el riesgo de demencia en la población anciana. Esto puede
atribuirse a una combinación única de propiedades antiamiloidogénicas,
antioxidantes y antiinflamatorias de las nueces".
MAITE
ZUDAIRE
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