Teclados, ratones, escritorio o
teléfonos pueden contener bacterias patógenas que suponen un riesgo alimentario
si se come en la oficina
Con cada vez más frecuencia las personas que tienen que quedarse
a comer en el trabajo eligen llevarse la comida de casa. En estos casos la
seguridad alimentaria no se detiene en el ámbito doméstico privado. Y es que
estudios microbiológicos han demostrado que los microorganismos patógenos están
presentes no solo en las cocinas y los comedores, sino también en las oficinas.
En una investigación de la Universidad de San
Diego de 2012 se determinó que
existen "más de 500 tipos de bacterias en los espacios de oficina".
Teclados, ratones, escritorio o teléfonos son algunos de los lugares que más
patógenos pueden albergar. Por eso, si se come en la mesa de trabajo, no deben
olvidarse unas mínimas pautas de higiene para evitar intoxicaciones
alimentarias. Este artículo explica de
qué manera mantener limpio el escritorio de la oficina y cómo llevarse la
comida de casa al trabajo sin riesgos.
En 2007, expertos microbiólogos de la Universidad de Arizona (EE.UU.) publicaron un estudio en el
que afirmaban que los escritorios y las áreas de trabajo acogen una gran
cantidad de bacterias patógenas. Según los expertos, la mesa de una oficina
puede albergar un promedio de "400 bacterias más que un inodoro y 100 más
que una mesa de cocina". Teléfono fijo, ratón del ordenador, teclado y artículos
personales como móviles o billeteras contienen bacterias en cantidades
inimaginables.
El escritorio de una oficina puede
albergar un promedio de 400 bacterias más que un inodoro y 100 más que una mesa
de cocina
Uno de los motivos de esta contaminación es que no se presta
demasiada atención a su limpieza, algo que no ocurre con el baño o la cocina,
ya que estas zonas se limpian más a menudo porque ya se les presupone mayor
riesgo de contaminación. Además, muchos escritorios funcionan como mesas de
desayuno o almuerzo.
Bastaría con usar toallitas desinfectantes para mantener el área limpia y libre de gérmenes y lavarse las
manos antes de manipular los alimentos. Según los expertos, este uso
periódico disminuye en un "25% el número de bacterias". Para los
científicos estadounidenses, tan o más importante es practicar las medidas de
higiene y limpieza alimentaria en la cocina como en el escritorio.
Mantener limpio el escritorio
Según la investigación, "solo el 36% de los encuestados
limpian sus áreas de trabajo (escritorio, teclado o ratón) una vez a la
semana". El riesgo aumenta cuando se come en el mismo escritorio. En estos
casos, se producen distintos errores, entre ellos no limpiar la
zona antes y después de comer de táper y dejar los alimentos a temperatura
ambiente antes de tomarlos.
Para evitar que las bacterias patógenas se multipliquen, en el
lugar de trabajo debe contarse con una nevera en la que poder dejar la
comida durante el tiempo que se está trabajando y un microondas en el que poder calentar la comida si es necesario.
Para reducir los riesgos en estos casos, es recomendable:
·
Lavarse las manos antes y después de
ir al baño. Pueden usarse también toallitas o jabón antibacteriano para manos
en el escritorio.
·
No dejar pasar más de dos horas a
temperatura ambiente la comida que se prepara en casa hasta que se consume en
el trabajo.
·
Emplear bolsas térmicas o envases
adecuados que permitan mantener los alimentos refrigerados durante el
transporte. Es fundamental lavarlos de forma periódica.
·
Es importante asegurarse de que la
nevera de la oficina se limpia de vez en cuando.
Además de los escritorios, otras zonas en las que pueden crecer
bacterias y a las que no se presta la atención necesaria son cajeros automáticos,
botones de ascensores, billetes, mandos
de la televisión o carritos de la compra. Según la Organización de las
Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), una bacteria puede
multiplicarse "hasta llegar a 17 millones de organismos en ocho horas
donde hay calor y humedad".
Llevarse la comida al trabajo sin
riesgos
Llevarse la comida de casa requiere prepararla con unas horas de
antelación, lo que puede convertirse en un riesgo si no se mantiene a las
temperaturas adecuadas desde que se prepara hasta que se consume.
Si el plato que se prepara es frío, debe conservarse en la nevera hasta el momento de irse del
domicilio e introducirlo en una bolsa isotérmica o un envase específico para
transportarlo hasta el lugar del trabajo. Aquí, es preferible contar una nevera
para guardarlo, pero si no es posible, hay que asegurarse de que el envase
tiene la capacidad de aguantar el frío hasta que se tome.
Para platos calientes, deberán
enfriarse a temperatura ambiente durante una hora más o menos (no se deben
superar las dos horas). Una vez fríos, se guardarán en la nevera hasta el
momento de necesitarlos. Como las preparaciones frías, también se transportarán
en una bolsa isotérmica que aguante el frío. Antes de consumir, se calentarán a
un mínimo de 70 ºC .
Si en el trabajo hay microondas, deberá prestarse especial atención a que el
calentamiento sea homogéneo y se alcanzan las temperaturas deseadas en todo el
producto. En el caso de purés, pueden mantenerse y transportarse en un termo
que aguante un mínimo de unos 65
ºC hasta que se tome. Deben extremarse las precauciones en caso de que se hagan platos
con huevo.
Teclado antimicrobiano
En 2012, una empresa estadounidense (Operator Interface
Technology) presentó un teclado realizado con cobre antimicrobiano. Según los
investigadores, este teclado tiene la capacidad de eliminar los patógenos que puedan
depositarse en su superficie de manera rápida y eficaz. Con el sello Cu+ (sello de calidad antimicrobiana), el
objetivo es reducir el riesgo de propagación de infecciones a través de este
objeto, que está cubierto tanto las teclas como la placa frontal con cobre.
Además, es resistente al agua, lo que permite lavarlo y desinfectarlo de manera
periódica. Se calcula que las superficies con cobre reducen de forma
significativa el riesgo de infecciones.
MARTA CHAVARRÍAS