Los
"quema-grasas" que se comercializan para perder peso son ineficaces y
pueden resultar peligrosos para la salud
"Así como el zumo de limón
elimina la grasa de sus platos [muy poco, por cierto, por eso usamos
detergentes], nuestro compuesto a base de limón fulminará la grasa de su
abdomen y le conducirá a su peso
ideal". Planteamientos similares a este acompañan a los mal llamados
"quema-grasas". Tales argumentos, que suelen decorarse con
tecnicismos como "metabolismo", "termogénesis" o
"insulina", son tan falaces y absurdos como sugerir que comer muchas
aves nos permitirá volar con la majestuosa cadencia de una gaviota. Pese a que
la legislación es bien explícita a la hora de prohibir semejantes
barbaridades, ello no impide que año tras año aparezcan en distintos medios
falsas promesas para que adelgacemos con carísimas píldoras, siempre
"naturales", siempre inútiles y no siempre exentas de efectos
adversos (algunos, graves). En el presente texto se
explica por qué ningún quema-grasa funciona, cuáles son los riesgos de usarlos
y se aborda el caso particular del "glucomanano".
Ningún
quema-grasa funciona
No hay más que decir. Por más que
legiones de falsos gurús (que suelen depender de las ventas de
los "complementos adelgazantes") quieran convencernos de que
adelgazaremos con salvado de avena, vinagre de sidra, chitosán, hierbas chinas o con cualquier otro complemento o
extracto "natural", lo cierto es que ni es útil ni recomendable confiar en dichas sustancias para
perder peso con éxito. ¿Qué significa "perder peso con éxito"? Para
el GREP-AEDN, tal y como detalló en diciembre de 2012 en su documento '¿Cómo
identificar un producto, un método o una dieta "milagro"?', una
pérdida exitosa de peso es aquella que:
- no produce una rápida pérdida de peso (porque
genera el llamado "efecto yoyó").
- hace que se pierda grasa y no masa muscular.
- consigue que la pérdida se mantenga con el paso
de los años.
- evita que el paciente aprenda conceptos
erróneos acerca de la alimentación y sí integre, en cambio, unos hábitos
de alimentación adecuados.
- mejora la salud y la calidad de vida.
- no tiene efectos secundarios adversos.
Con respecto a este último punto,
cabe decir que los efectos secundarios de los medicamentos solo se permiten si
son leves y, sobre todo, si el tratamiento funciona para lo que está indicado.
¿Funcionan los "quema-grasas" para adelgazar? La máxima autoridad
europea en materia de alimentación, la EFSA,
no ha aprobado ninguna declaración de salud para ningún alimento o complemento
con respecto a una supuesta capacidad para eliminar de forma específica la
grasa corporal. Es decir, dichas declaraciones de
salud son ilegales. Capítulo
aparte merece el caso del glucomanano.
El caso
del glucomanano
El glucomanano es un aditivo
alimentario que proviene de las raíces tuberosas de la planta
konjac (Amorphophallus
konjac) y que no se produce de forma natural en los alimentos,
según la EFSA. Se
usa como emulsionante y espesante, pero también se vende en forma de
complementos. La EFSA
autorizó en 2010 la siguiente declaración de salud: "El glucomanano, en el
contexto de una dieta restringida en energía, contribuye a la pérdida de
peso". La declaración solo puede acompañar a alimentos que contengan un
gramo de glucomanano por porción, siempre que se avise al consumidor de que el
beneficio se obtiene con una ingesta diaria de tres gramos de glucomanano en
tres dosis, tomadas antes de las comidas junto con 1-2 vasos de agua, en el
contexto de una dieta hipocalórica y en adultos con un verdadero exceso de peso. Su efecto no sería
"quema-grasas" sino que, dado que el glucomanano es un tipo de fibra
dietética no digerible en el intestino delgado, ejercería un efecto de saciedad
y reduciría la ingesta de energía.
Sin embargo, la EFSA , en su dictamen de 2010,
indicó algo importante: que los estudios en los que basó su postura eran a
corto plazo, es decir, ninguna investigación había valorado el efecto del
glucomanano en la pérdida de peso más allá de los tres meses. Es por ello que
conviene tener en cuenta una investigación publicada en febrero de 2011 en la revista Obesity (Silver Spring), titulada:
'Suplementos alimenticios para la pérdida de peso: revisión sistemática de las
revisiones sistemáticas'. El trabajo evaluó el papel del glucomanano y no halló
que presentara eficacia terapéutica. Concluyó que no hay evidencias plausibles que justifiquen que
dicha sustancia produzca pérdidas de peso relevantes desde un punto de vista
clínico.
Los
riesgos de usar quema-grasas para adelgazar
Uno de los mayores expertos
mundiales en el ámbito de la investigación científica, el profesor Edzard Ernst (quien tiene centenares de publicaciones a sus espaldas)
concluyó en marzo de este mismo año lo
siguiente: "Las ayudas alternativas para adelgazar son fraudulentas".
Lo afirmó tras coordinar durante años, y mediante estrictos métodos
científicos, investigaciones sobre una larga lista de ayudas alternativas para
adelgazar.
Así, si los complementos
"alternativos" para adelgazar no cumplen su objetivo, cualquier
efecto adverso está del todo injustificado. ¿Cuáles son esos riesgos? El Centro
Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM), en julio de 2013, advirtió que los "quema-grasas" o
similares, además de ineficaces, pueden estar "contaminados con
ingredientes de medicamentos". Esto último fue analizado con detalle por
la dietista-nutricionista María Manera en este
texto, que escribió en 2009 para EROSKI CONSUMER.
El NCCAM, en cualquier caso, añade
que estos productos pueden "tener efectos secundarios dañinos". Encontramos
un ejemplo en una revisión de la literatura publicada por Yellapu y
colaboradores, que incluyó al fallo hepático agudo como uno de los posibles efectos
secundarios de los "quema-grasas". Los riesgos, sin embargo, no
acaban en el hígado, ya que se extienden al intestino, al corazón, al cerebro y
un largo etcétera de órganos y sistemas corporales.
No vale la pena, en suma,
depositar esperanzas en complementos o "ayuditas" que cuestan un
dineral y pueden deteriorar nuestra salud. Para perder peso, en caso de estar indicado, hay que ir en primer lugar
al médico, para que valore nuestro estado general y determine, entre otros
aspectos, si necesitamos bajar de peso. En segundo lugar deberíamos acudir al
dietista-nutricionista, ya que es el profesional sanitario capacitado e
indicado para orientarnos con respecto a la pérdida de peso. No se debe
descartar la posibilidad de recurrir a un psicoterapeuta.
El éxito del tratamiento consiste en modificar la conducta alimentaria y eso
puede ser algo complejo, ya que se mezclan múltiples aspectos psicológicos.
Todo ello sin olvidar que, tal y como apuntan los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades, "el peso saludable no es una dieta, es un
estilo de vida".
JULIO BASULTO