El Umbral de Preocupación Toxicológica
(TTC) define cuál es el umbral de exposición de sustancias químicas por debajo
del cual no existen daños para la salud
La presencia de substancias
químicas en los alimentos no es
nada nuevo. La posibilidad de que sean dañinas depende de factores como la
cantidad, la frecuencia y el tiempo de exposición. Entre las sustancias más
estudiadas están los contaminantes naturales procedentes de la tierra, los que
resultan de la producción y el envasado de alimentos y los que se generan tras
algún proceso de cocción. Los métodos analíticos actuales permiten detectar
estas sustancias incluso en concentraciones bajas. En la Unión Europea , el Umbral de Preocupación Toxicológica (TTC) es un sistema que define cuál es el
umbral de exposición de sustancias químicas por debajo del cual no existen
daños en la salud. El artículo explica cómo
este sistema evalúa la seguridad de las sustancias químicas y cómo se protege
al consumidor.
La contaminación
química a través de los alimentos
se debe a diversos factores; las sustancias químicas pueden estar presentes en
los alimentos como resultado de las distintas etapas de producción, envasado,
transporte o almacenamiento.
La legislación comunitaria establece que todo alimento que
contenga niveles de contaminantes inaceptables desde un punto de vista de la
salud pública no se puede poner en el mercado. En ocasiones, la prohibición
total es muy difícil, de ahí que se trabaje por mantener
niveles tan bajos como sea posible, que se
establecen sobre la información científica que proporciona la Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA) y las autoridades de los Estados miembros. En
la mayoría de los casos, los estudios se centran en la exposición a corto y
largo plazo y en determinar cuáles son los efectos en el organismo humano
(sistema nervioso, inmunológico o reproductivo). Una de las formas de control
la aporta el Umbral de Preocupación Toxicológica (TTC), un sistema para cercar
este tipo de sustancias y minimizar los riesgos en la salud humana.
Evaluar la seguridad de las sustancias
químicas
El TTC es un sistema que caracteriza una sustancia
química nueva y la compara con otras para establecer estructuras similares
Desde hace años, en la
UE hay una voluntad clara por unificar los criterios para
crear una metodología común que permita evaluar la exposición de los
consumidores a los principales contaminantes
químicos a través de la dieta.
Con los años, se han perfeccionado mucho los sistemas de detección, cada vez
más fiables y capaces de hallar cantidades más bajas. Es importante contar
también con un sistema que deje no solo detectarlas, sino comprender lo
perjudiciales o inocuas que pueden llegar a ser. Y es aquí donde destaca el
papel del Umbral de Preocupación Toxicológica, ya que es un sistema que
posibilita establecer prioridades y actúa sobre todo frente a una sustancia
química nueva.
La caracterización de una sustancia química nueva permite
compararla con otras y establecer estructuras similares entre ellas. Lo más
probable es que presenten niveles equivalentes de toxicidad en el organismo y,
a partir de aquí, es posible decidir si son necesarios estudios toxicológicos
más exhaustivos. El principio TTC puede aplicarse para bajas
concentraciones de productos químicos en los alimentos que carecen de datos de
toxicidad. Las estructuras químicas se agrupan
en tres grandes categorías:
·
Toxicidad baja (1,8 mg/persona/día), el organismo cuenta con formas
eficientes de desintoxicación.
·
Moderada (0,54 mg/persona/día).
·
Alta toxicidad (0,09 mg/persona/día).
Se ha planteado el uso de este sistema en ámbitos como el de materiales
en contacto con alimentos, metabolitos de las plantas y productos de
degradación de los plaguicidas, aditivos para piensos tecnológicos y sustancias
aromatizantes en los alimentos, entre otros. No
se emplea para carcinógenos de alta potencia (aflatoxinas), sustancias
inorgánicas, metales, sustancias que tienden a bioacumularse, radiactivas,
mezclas de sustancias químicas o nanomateriales.
Este sistema lo utiliza, además de la EFSA , la Administración de
Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA), el Comité Mixto de Expertos en
Aditivos Alimentarios de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial
de la Salud , la Comisión Europea
y la Agencia Europea
de Medicamentos.
Protección del consumidor
En la UE
existe un sistema sólido que protege al consumidor de posibles riesgos
relacionados con las sustancias químicas en los alimentos. Además de la EFSA , expertos de toda Europa
trabajan de forma conjunta en la evaluación del riesgo de estas sustancias.
Una de las herramientas más importantes con la que cuentan es la
de la ingesta diaria admisible (IDA), que es la cantidad de una sustancia específica (residuo
de un plaguicida, por ejemplo) en los alimentos o el agua que se puede ingerir
cada día durante toda la vida sin riesgo para la salud.
Para establecer esta cantidad, los expertos se basan en una
revisión científica de todos los datos toxicológicos disponibles sobre el
producto químico específico. Esta información incluye pruebas a largo plazo en
animales para determinar el nivel sin efecto adverso observado (NOAEL), que se
refiere a la cantidad de una sustancia, detectado tras observación o
experimento, y que no causa ningún efecto adverso detectable.
Debido a que esta cantidad se realiza en animales y como las
pruebas no son extrapolables de forma exacta a las personas, se aplica un
factor de corrección. Se suele establecer en la centésima parte de la
"dosis sin efecto", después de considerar que una persona puede ser
100 veces más susceptible a una sustancia potencialmente tóxica.
MARTA CHAVARRÍAS