Los resultados de un estudio británico
sugieren que los consumidores atribuyen un vínculo a las prácticas nutritivas y
los criterios de seguridad alimentaria
Las relaciones entre las prácticas correctas de seguridad
alimentaria y la nutrición apenas se han estudiado hasta hace poco. En la
mayoría de los casos, se utiliza el estudio de las dos partes por separado, es
decir, se realizan análisis sobre el grado de conocimiento en aspectos como la
manipulación o la higiene de los alimentos, por un lado, y sobre dieta
saludable, por otro. Ahora, un nuevo proyecto de
la Agencia de
Alimentos británica (FSA) ha analizado hasta qué punto existe una relación
entre la seguridad alimentaria y las prácticas nutritivas del consumidor. Este artículo explica
cuál sería la relación entre una manipulación de alimentos segura y una dieta
saludable y por qué son importantes los dos conceptos.
La seguridad, la calidad y el valor nutritivo de los alimentos
tienen una gran importancia para la salud del consumidor y para el bienestar.
Tanto la seguridad alimentaria como la nutrición son, por lo tanto,
esenciales. Sin embargo, hasta ahora, estas dos disciplinas se han estudiado de
forma independiente, por lo que expertos de la Agencia de Alimentos
británica han querido ir más allá y comprobar si podrían existir relaciones entre ambas. Para ello, han elaborado un estudio en forma de encuesta, en
la que someten a los consumidores a cuestiones sobre ambos conceptos.
Para realizar el estudio, los expertos británicos han diseñado
la encuesta con preguntas sobre el comportamiento en relación con la seguridad
de los alimentos, saberes y actitudes, así como cuestiones sobre nutrición y el
conocimiento de las recomendaciones de alimentación saludables. El proyecto
examina si hay relaciones entre las prácticas de seguridad alimentaria y la
nutrición.
Manipulación de alimentos segura y
dieta saludable
Para elaborar el informe "Comer de forma
segura y nutritiva: relación entre nutrición y prácticas de seguridad
alimentaria", publicado el pasado mes de septiembre, se ha
encuestado a unas 3.000 personas mayores de 16 años del Reino Unido. La
encuesta ha incluido preguntas sobre la seguridad de los alimentos, en lo que
se refiere a comportamientos, conocimientos y actitudes tanto en el hogar como
cuando se come fuera. También se les ha preguntado sobre cuestiones de
nutrición y lo que saben sobre alimentos saludables.
Los consumidores que distinguen cuál es una dieta
saludable saben aplicar mejor las prácticas de manipulación seguras
Algunas de las conclusiones del estudio relacionan el
conocimiento sobre recomendaciones nutritivas, como "5 al día" (cinco
porciones de frutas y verduras al día), con las prácticas de seguridad que
deben aplicarse en cuanto a almacenamiento seguro y manipulación higiénica de
estos alimentos. El estudio también sugiere que quienes distinguen en qué
consiste una dieta saludable conocen mejor cuáles son las prácticas de manipulación más seguras.
En uno de los apartados, el que hace referencia a cuando los
consumidores cocinan, llama la atención el hecho de que estos suelen cumplir más
con las prácticas de higiene seguras cuando cocinan para los demás que cuando
cocinan para sí mismos.
La recopilación de datos permitiría, según los expertos,
responder a cuestiones sobre si un mejor conocimiento de la nutrición conduce a
mejores prácticas de seguridad alimentaria, o al revés. O si los consumidores,
cuando buscan información sobre aspectos de seguridad alimentaria, también lo
hacen sobre alimentación saludable.
Por qué son importantes los dos conceptos
El hecho de que el consumidor tenga conciencia sobre conceptos
de seguridad alimentaria y nutrición es importante porque de ello dependerá que
siga un estilo de vida saludable y de prevención de enfermedades. En este
último caso, para reducir el riesgo de patologías transmitidas por alimentos,
los consumidores deben estar dispuestos a cambiar ciertos comportamientos que
no solo obedecen a la elección de una dieta saludable. Estos cambios están
relacionados con su grado de conocimiento de unas prácticas adecuadas de
manipulación.
Algunos estudios han intentado describir metodologías para mejorar
el nivel de sensibilización de los consumidores hacia una elección de
alimentos más saludables y comportamientos más seguros. Y es que los expertos apuntan a un creciente interés hacia la
seguridad alimentaria y la nutrición, fundamentales para el bienestar y la
salud. Este interés va de la mano de una creciente demanda de la transferencia
de conocimientos sobre cuestiones relativas a los dos ámbitos.
Cuatro aspectos clave de seguridad alimentaria
En cuanto a la seguridad alimentaria, en el ámbito doméstico es
importante que el consumidor tenga claros cuatro conceptos básicos que, según la Agencia de Salud Pública
de Cataluña, se resumen en cuatro normas fundamentales para los alimentos: limpiar,
separar, cocer y enfriar:
·
Limpiar. Los alimentos deben limpiarse antes de preparar, así como
utensilios y superficies para evitar la contaminación de estos hacia el
alimento.
·
Separar los alimentos cocinados de los crudos para evitar
contaminaciones cruzadas, es decir, el traslado de patógenos de los crudos a
los listos para consumir.
·
Cocer. Someter el interior del alimento a una temperatura de unos 60º
C garantiza la eliminación de la mayoría de los patógenos.
·
Refrigerar. Conservar los alimentos en frío evita la multiplicación de
patógenos, aunque no los elimina.
MARTA CHAVARRÍAS