La
concentración de plomo en los alimentos ha disminuido un 25% entre 2003 y 2010,
según la EFSA
El plomo, un elemento presente en el
ambiente, es un metal pesado tóxico para el organismo humano, al que puede
llegar a través del aire, el agua o la alimentación. La propia evolución de la
actividad humana ha hecho que la presencia de plomo haya aumentado más de mil
veces en los últimos siglos y resulta imposible eliminarlo. La Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado durante este verano un nuevo
informe acerca de la exposición de la población europea al plomo a través de la
dieta y concluye que la concentración de este metal en los alimentos ha
disminuido un 25% entre 2003 y 2010. En este artículo se recogen los alimentos con más plomo, cómo reducir el riesgo de contaminación por plomo y el nivel de plomo en niños.
El plomo llega de forma fácil al organismo mediante los alimentos.
Los expertos no han establecido ninguna ingesta tolerable recomendada, ya que
consideran que no hay un límite para muchos de los efectos críticos. Las
medidas que se han llevado a cabo son legislativas en cuanto a su disminución
en las latas, la gasolina, las pinturas, cañerías de agua, etc. El informe de la EFSA ha estudiado el
resultado analítico de 144.206 alimentos recolectados durante nueve años y su
cantidad de plomo presente.
Más de la mitad de los alimentos analizados tienen una concentración
de plomo por debajo del límite de detección y, según la EFSA ,
la concentración de plomo en los alimentos ha disminuido un 25% en el periodo
comprendido entre 2003 y 2010. Los resultados del estudio marcan que la
exposición mediana a través de los alimentos a lo largo de la vida es de 0,68
µg/kg de peso corporal al día. Durante la infancia y la adolescencia, la
ingesta de plomo aumenta, aunque se reduce con los años.
Alimentos con más plomo
Pan, te, agua del grifo, patatas, lácteos
fermentados y cerveza son algunos de los alimentos con mayor concentración de
plomo
Los alimentos más relevantes por su aportación de plomo son el pan y los productos de
panadería (8,5%),
el te (6%), el agua del grifo (6%), las patatas y sus productos derivados (5%), los lácteos fermentados (4%) y la cerveza (4%). Estos resultados son fruto de
las encuestas de la EFSA
y pueden variar. El listado corresponde a los alimentos que, por ser más
consumidos, conllevan más riesgos. Las principales causas de la presencia de
plomo en los alimentos son los fertilizantes y el agua de riego. Los químicos utilizados para el abono suelen
contener pequeñas cantidades de plomo que se acumulan en los animales que comen
los pastos y, de esta manera, pasan a la cadena alimentaria.
Los vegetales también pueden contaminarse con el
agua de riego, que transporta pequeñas trazas de plomo. Los alimentos de origen
animal son los más propensos a acumular plomo, por lo que este tipo de
alimentos son los que más riesgo comportan. Pero no son los únicos: les siguen
los productos cárnicos, las verduras, los cereales y el agua.
Reducir el riesgo de contaminación por plomo
Evitar por completo la exposición al plomo es muy difícil, aunque
algunos consejos ayudan a reducir la exposición o, al menos, dificultan la
entrada en el organismo. Estos son los siguientes:
·
Controlar el consumo de alimentos
enlatados con selladuras de plomo.
- Al abrir un envase
enlatado, nunca dejar la comida en su interior en el frigorífico o fuera
de él. Cambiar la comida de envase para almacenar y retirar la lata.
·
Las vajillas de barro pueden contener plomo,
reducir su uso.
·
No calentar en recipientes de barro o
barro vidriado.
·
Un déficit de hierro en el organismo
favorece la absorción de plomo. Debe evitarse la falta de hierro, consumir
carnes rojas, frutos secos, dátiles, pescado o verduras de hoja verde.
·
El calcio evita que el plomo se
deposite en el organismo, por lo que es importante consumir alimentos ricos en
este elemento, como queso, yogur, frutos secos, sardinas, tortillas de maíz.
·
La pectina, la fibra que se encuentra
sobre todo en las frutas (manzanas y zanahorias), favorece la excreción de
plomo.
·
Evitar el consumo de verduras
cultivadas en suelos contaminados por plomo.
·
Evitar consumir bebidas o comidas
elaboradas con agua contaminada con plomo. Dejar que el agua corra unos minutos
por el grifo antes de utilizarla y recordar que es preferible usarla fría
que caliente.
·
La higiene personal es también un
factor destacado. Hay que lavarse las manos
antes y después de cada comida.
·
Mantener limpia la mesa de la comida.
PLOMO Y NIÑOS
Los niveles de plomo
analizados en los niños estos últimos años han disminuido de manera importante.
Esta reducción se debe sobre todo a la prohibición del uso del plomo en
gasolina, también en las pinturas para viviendas o en las cañerías de agua. Sin
embargo, se hallan casos en que los niveles de plomo en sangre son iguales o
superiores a 10 µg/dL. Los niños son mucho mas vulnerables a la intoxicación
por plomo, pueden respirar polvo, tragarlo o jugar con tierra que contenga
niveles de plomo, es decir, sus actividades diarias favorecen la presencia de
plomo en su organismo.
Los síntomas de intoxicación
por plomo en los niños no se manifiestan de manera clara ni específica. Un análisis específico es la mejor manera de
evaluar la presencia de plomo. Sin embargo, los síntomas que
pueden hacer sospechar son: anemia, daño en el riñón, cólicos estomacales,
debilidad muscular, daño cerebral y, de forma puntual, una elevada
concentración de plomo podría provocar la muerte.
NATÀLIA GIMFERRER
MORATÓ
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