Una dieta saludable puede ayudar a
prevenir el cáncer, pero en ningún caso puede curarlo
Una alimentación
saludable puede prevenir muchas enfermedades crónicas, incluido
el cáncer, pero, en el caso de
este último, no es capaz de curarlo.
Esto es clave: prevenir y curar no es lo mismo. Para entenderlo, basta una analogía:
aunque podemos prevenir el mal olor corporal con un desodorante, para
"tratarlo" recurrimos a una ducha con jabón. Y en el caso de la salud
es igual: así como la caries dental se puede prevenir con una correcta
selección de alimentos, aunque solo se cura en el sillón del dentista, el
cáncer se puede prevenir con una dieta sana, pero la manera de curarlo es con
la ayuda de un oncólogo. ¿Por qué es importante resaltar esta diferencia?
Porque hoy todavía hay falsos
gurús, que diseminan la errónea creencia de que una dieta puede curar el
cáncer, y personas de buena fe que, en su afán por curarse, les creen. El siguiente artículo explica por qué la dieta no
hace milagros y cuáles son los seis principales riesgos de creer en ellos para
hacer frente a una enfermedad de gran envergadura como el cáncer.
Curar el cáncer: la dieta no hace magia
ni milagros
Una buena dieta puede aportar innumerables beneficios para la
salud, pero no es una "piedra filosofal": no convierte metales en oro
ni permite sanar cualquier enfermedad. No obstante, en la actualidad abundan
los falsos gurús, las publicaciones, las páginas web o los folletos que
sostienen lo contrario, sin fundamento científico alguno, con el peligro que
ello conlleva.
Las personas con cáncer harán lo que sea para combatir la
enfermedad, algo del todo lógico. Y hay quien se aprovechará de la
vulnerabilidad de estos pacientes, para hacerles creer que la alimentación es
importante para la salud hasta el punto de ser capaz de revertir su dolencia,
tal y como explica el periodista Luis Alfonso Gámez.
En este sentido, un estudio desvela que las "terapias
dietéticas" figuran entre los tratamientos alternativos más utilizados por
los enfermos de cáncer. También está entre los más recomendados por la llamada
"medicina alternativa". En otra investigación,
el 90% de las tiendas de alimentación saludable aconsejó terapias alternativas
para el cáncer de mama; el 50% propuso vitaminas antioxidantes y selenio; y el
25% sugirió una combinación de hierbas
chinas.
Ni la alimentación ni las terapias
alternativas son útiles para curar el cáncer o lograr su remisión
Sea como fuere, de entre los tratamientos para curar el
cáncer que recomienda cualquier entidad médica reputada, no se incluye en
absoluto la alimentación. Desde Estados Unidos, el Centro Nacional de Medicina
Complementaria y Alternativa (NCCAM), una de las máximas autoridades
científicas en el campo de los enfoques alternativos de las enfermedades, indica que ninguna de las terapias
alternativas es útil para curar el cáncer o lograr su remisión. Eso incluye, según el NCCAM, a los
"productos naturales", las "plantas medicinales", los
suplementos dietéticos, y también a la acupuntura, el masaje o el yoga.
Pero no hace falta ir a América: en España, la prestigiosa
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) considera que la eficacia de los tratamientos
alternativos no está demostrada e insiste en que "el hecho de que en muchas
ocasiones se emplee el término 'natural' para describir productos o terapias
complementarias y alternativas no significa que sean inocuas, es decir, que no
hagan daño", una postura que comparte con el National Cancer Institute de Estados Unidos.
En cualquier caso, además de productos o sustancias como
equinácea, lino, jengibre o cardo mariano (ineficaces para curar esta enfermedad), hoy es
fácil dar con libros, páginas webs o "terapeutas alternativos" que
aseguran que una dieta determinada puede frenar o incluso revertir un tumor ya instaurado.
Ninguna evidencia científica creíble sustenta dicha hipótesis, haga referencia
a una dieta macrobiótica, a una dieta vegetariana o a una dieta
"ecológica", tal y como justifica el AICR en su página web. No extraña,
por tanto, que la AECC
se posicione "en contra" de la
prescripción de cualquier práctica (como es el caso de una "dieta")
que se publicite como tratamiento para el cáncer sin contar con evidencia
científica que lo sustente y la aprobación de los órganos competentes del Ministerio
de Sanidad. Y si lo hace, es porque dicha práctica no está exenta de riesgos.
Seis riesgos de creer que la
alimentación cura el cáncer
Dar falsas y entusiastas esperanzas de curación a quien está
sufriendo una gran carga emocional, como es el caso de un paciente con cáncer,
es, además de antiético, contraproducente. Algunos de los posibles riesgos que
sostienen la idea de que tratamiento del cáncer debe quedar en manos del
oncólogo son los siguientes:
1.
Rechazar o
postergar un tratamiento eficaz para el cáncer. Se produce, en muchas ocasiones, debido al
miedo a los efectos secundarios que genera el tratamiento de esta enfermedad.
No tiene sentido demorar una terapia que puede suponer la diferencia entre
vivir o morir para aferrarse a una dieta que de ninguna manera curará el
cáncer. La AECC se declara en contra "de los
practicantes de medicina alternativa no probada científicamente que induzcan a
los enfermos de cáncer a abandonar el tratamiento oncológico convencional sí
probado por la ciencia".
2.
Generar
una falsa sensación de seguridad. Cuando alguien cree que ciertos alimentos o complementos alimenticios
son capaces de curar un cáncer, es posible que ello genere una cierta
indulgencia con respecto a sus hábitos de salud. En una investigación se observó
que tomar suplementos dietéticos se asocia a un incremento en el tabaquismo,
debido a la errónea creencia de que tales suplementos protegen del cáncer.
3. Fomentar un descrédito de la medicina tradicional. Muchos terapeutas alternativos aseguran que sus propuestas son más
eficaces para curar el cáncer que las aconsejadas por los oncólogos. Nada más lejos de la realidad.
4. Generar efectos adversos. Los consejos irresponsables en lo tocante a la salud (vengan en
libros, páginas web, periódicos o en boca de un charlatán) no son un simple entretenimiento: pueden dañar a la
salud. Por un lado, un análisis de los libros que promueven tratamientos
alternativos para las enfermedades concluyó que pueden poner en riesgo la salud
del lector. Por otro lado, los suplementos a base de plantas, muy utilizados
como complemento de la "dieta curativa", pueden causar efectos adversos hepáticos,
cardiovasculares o relacionados con el cáncer a causa de sus ingredientes o de
un contaminante. Los productos dietéticos pueden incluso estar adulterados con
sustancias peligrosas, según la Facultad
de Medicina de Harvard.
5.
Interacciones
indeseadas. La medicación anticancerosa
puede interaccionar con los suplementos dietéticos,
los complementos alimenticios o las "plantas medicinales" que suele
incluir la "dieta" y ello puede tener consecuencias nefastas, según
detallaron dos revisiones sistemáticas de la literatura publicadas en 2009 y 2012.
6. Promover dietas desequilibradas. Si bien una buena dieta no cura el cáncer, una mala alimentación
sí puede empeorar el pronóstico. Muchos de los cambios dietéticos se basan en
"dietas milagro" que proponen cambios radicales de la alimentación,
asociados a numerosos efectos
adversos. Lo sensato es dejar que verdaderos profesionales de la dietética
(dietistas-nutricionistas, mejor si tienen experiencia en tratar pacientes con
cáncer) planifiquen la alimentación de un enfermo de cáncer, con unas
características muy concretas, que deben adaptarse al estadio de la enfermedad.
JULIO BASULTO
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