martes, 28 de mayo de 2013

Adelgazar: seis errores que no debes cometer


Cuando el objetivo es perder kilos, muchas veces se ponen en práctica dietas milagro, remedios caseros o métodos peligrosos, pero no todo vale para adelgazar

Por estética o por salud, necesitándolo o no, seis de cada diez personas intentan bajar de peso. El negocio de adelgazar mueve millones de euros cada temporada; aunque los resultados no siempre son los esperados. Para tantas personas, demasiadas, el inicio de la primavera acentúa la preocupación por perder kilos y volumen, mientras acrecienta el deseo de acelerar ese proceso. En definitiva, se despierta el deseo de conseguir una estética diferente a la que se tiene de cara al verano. Ante esta demanda real, surgen todo tipo de dietas milagrosas nada fiables, remedios caseros y prácticas poco sanas (incluso peligrosas) para deshacerse de esos kilos. A continuación se exponen seis errores que no deberíamos cometer cuando intentamos bajar de peso.

Bajar de peso sin cometer errores

Más del 65% de la población española desea adelgazar y este deseo es más frecuente en mujeres que presentan un peso normal, o por debajo de lo recomendable, que en aquellas que tienen sobrepeso u obesidad. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid. Preocupa el hecho de que, en este afán de querer adelgazar, no se aprenda a hacerlo de forma saludable y segura, sino que se vaya por la vía rápida con conductas contraproducentes e incluso peligrosas para la salud. Estos son algunos de los errores que conviene evitar si se desea bajar de peso:
1.      Ayunar. Hay quien elige el ayuno como método para perder peso, si bien, desde la perspectiva científica, esta hipótesis no ha sido corroborada por estudios clínicos rigurosos. El ayuno puede resultar un hábito contraproducente para adelgazar de manera segura, sin efectos secundarios y sin contraindicaciones. Por tanto, recurrir al sirope de savia u otros productos como complemento a un periodo de ayuno no es aconsejable ni tiene fundamento.
2.      Reducir al máximo el aporte de grasas. La obesidad es un problema crónico de acumulación de grasa corporal. Los últimos avances médicos describen un proceso inflamatorio clave en el desarrollo de esta enfermedad, en el que la acumulación de calorías en exceso y de millones de células grasas desencadena un estado crónico de  inflamación celular. Ante esta evidencia médica, los ácidos grasos omega-3 podrían tener efectos protectores, tal y como apuntan los resultados de numerosos ensayos clínicos. Eliminar o reducir a la mínima expresión la presencia de alimentos grasos, fuente de ácidos grasos esenciales como el aceite de oliva (o los aceites de semillas), los frutos secos y los pescados azules, es una elección equivocada, insana e, incluso, desfavorable.
3.      Cenar solo fruta. Las cenas que solo incluyen frutas no siempre son idóneas. Este puede ser un ejemplo de cena demasiado frugal que, si no se enmarca en un plan alimentario completo y saludable, puede desplazar del menú a otros alimentos cuya presencia habitual en la dieta es necesaria. Esta elección dietética puede tener un efecto diurético, por la naturaleza abundante en agua y minerales de las frutas, pero no adelgazante.
4.      Restringir la dieta de forma voluntaria. Tomar solo café o un té para desayunar, escoger un almuerzo y una merienda muy ligera a base de fruta, yogur desnatado o un par de tortitas, hacer una cena frugal basada en ensaladas o en tomar solo fruta o eliminar sin criterio los hidratos de carbono (pan, arroz, pasta, legumbres, etc.) son algunas elecciones alimentarias que, establecidas con criterio, pueden encajar dentro de un concepto de dieta hipocalórica equilibrada. Sin embargo, si se siguen sin asesoramiento profesional, pueden hacer que se reduzcan hasta un límite preocupante las calorías de la dieta. Según explicó en una entrevista la doctora en Nutrición y Metabolismo Nancy Babio, "la restricción dietética puede generar un síndrome por atracón por el debilitamiento de las señales de hambre y saciedad", con la consiguiente ingesta elevada y desproporcionada de calorías y sus consecuencias derivadas. Dado que son más las mujeres -y más aún las jóvenes- quienes tienden a restringir la comida, la experta también advierte de que las mujeres adolescentes que realizan dietas a un nivel severo tienen 18 veces más probabilidades de desarrollar un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) que quienes no hacen dieta.
5.      Utilizar infusiones o plantas para adelgazar sin conocer todos sus efectos. El papel de las plantas en las dietas de adelgazamiento es un asunto complejo y serio. El efecto más reconocido por el que se escogen algunas infusiones o complementos dietéticos a base de plantas es su poder diurético. Esta acción, aunque puede influir de manera positiva en la pérdida de peso al forzar la eliminación de líquidos, no lo hace en la pérdida de grasa corporal, el principal problema en caso de obesidad. Además, no está exenta de riesgos en ciertos individuos o colectivos. El té verde es una de las plantas más conocidas y usadas con fines de apoyo al adelgazamiento. Sin embargo, el grupo de revisión de la EFSA concluye que "no se puede establecer una relación causa-efecto entre el consumo de catequinas de té verde y un aumento de la beta-oxidación de los ácidos grasos que conduzca a una reducción de la masa grasa corporal". Sobre su efecto para ayudar a mantener o alcanzar un peso normal, la conclusión también es categórica: "no se puede establecer una relación causa-efecto entre el consumo de catequinas de té verde y que se facilite el mantener un peso adecuado o que ayude a alcanzarlo".
6.      Usar productos para adelgazar; muchos no son seguros. La Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de Productos de Salud de Francia (ANSM) publicó en julio de 2012 un informe que evaluaba los riesgos de utilizar productos para adelgazar. El estudio analiza los comportamientos del paciente frente a los productos y los hábitos alimenticios para perder peso y advierte del riesgo potencial de comprar productos en sitios web y tiendas no especializadas, por las siguientes razones:
o        Procedencia desconocida de los productos con autenticidad y calidad no garantizadas (fuera de los controles de las autoridades sanitarias).
o        Pueden contener medicamentos sacados del mercado en violación de la reglamentación y la legislación vigente. Según varios casos de farmacovigilancia reportados, algunos productos contenían sustancias prohibidas no mencionadas en el etiquetado: sibutramina, fenolftaleína, metales pesados o efedra (planta que contiene efedrina, un alcaloide muy excitante).
o        Medicamentos cuyo reporte de beneficio/riesgo ha sido desfavorable según la ANSM.
Desde la AEDN, su Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento (GREP-AEDN) desaconseja el uso de complementos alimenticios o suplementos dietéticos (sean o no a base de plantas) para perder peso por diversos motivos que se pueden consultar en su documento de posicionamiento.

MAITE ZUDAIRE



miércoles, 15 de mayo de 2013

Diez consejos para prevenir la obesidad infantil



Existen múltiples acciones cotidianas que los adultos pueden poner en práctica para evitar la obesidad de los niños

La obesidad ha dejado de ser una epidemia para convertirse, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una "pandemia". Es decir, es una "enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región". De entre dichos individuos, los más vulnerables son los niños. Tanto es así, que la obesidad infantil es hoy una auténtica crisis de salud pública. A la vista de las desalentadoras estadísticas de esta patología en el mundo, tiene sentido afrontar su prevención desde la más tierna infancia. A continuación se ofrecen diez sugerencias para combatir la obesidad infantil y se explica qué factores inciden en ella.

Prevenir la obesidad infantil en diez pasos

De igual forma que los padres siguen criterios concretos a la hora de escoger un colegio o un colchón para su hijo, deberían tener presentes ciertas recomendaciones para prevenir la obesidad. Aunque el papel de las administraciones es tan o más importante que el de los individuos (tal y como han confirmado en febrero de 2013 investigadores de la Universidad de Zaragoza), a continuación se citan una serie de consejos para que padres o cuidadores prevengan, en la medida de sus posibilidades, esta enfermedad.
Los pequeños cambios son poderosos, y sobre ellos inciden todas las entidades implicadas en la salud infantil desde hace varios años. La siguiente lista detalla los más relevantes. Se han adaptado a partir de consideraciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
1.      Servir raciones adecuadas para la edad del niño. Un estudio reciente ha observado que el tamaño de la vajilla influye, como en el adulto, en el volumen de comida ingerido por el menor.
2.      Tener en el hogar una variedad de hortalizas, frutas y cereales integrales (pan integral, pasta integral, arroz integral, etc).
3.      Escoger leche y productos lácteos bajos en grasa o desnatados.
4.      Limitar el consumo de carnes rojas o de derivados cárnicos.
5.      Promover el consumo de legumbres y frutos secos.
6.      Retirar de la vista del niño las tentaciones ricas en calorías (lo mejor es no tenerlas en el hogar).
7.      Fomentar la actividad física, sin olvidar que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, los hijos también lo harán. Para prevenir la obesidad, el mínimo de tiempo diario que deberían dedicar los niños a realizar actividades de intensidad de moderada a vigorosa asciende a 60 minutos. Una revisión acaba de comprobar que el sedentarismo en la adolescencia es la norma.
8.      La bebida de elección para calmar la sed debe ser el agua. El consumo habitual de zumos está desaconsejado.
9.      Se debe limitar el consumo de azúcar, bollería y, sobre todo, bebidas azucaradas ("refrescos"). Diversos expertos consideran que se debería enviar "mensajes claros" a la población sobre los efectos negativos de dichas bebidas.
10.  Restringir a no más de 2 horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a video juegos o a navegar por Internet (los menores de 2 años de edad no deberían ver la televisión). Un estudio aparecido en abril de 2013 en BMJ Open señala que los hijos de padres que ven mucha televisión suelen repetir su (mal) ejemplo.

Factores que alimentan la obesidad infantil

Científicos de la Universidad de Zaragoza resaltan la importancia de los últimos dos puntos de la lista anterior. Han constatado, en un estudio cuya primera firmante es la dietista-nutricionista Silvia Bel-Serrat, que ver poco la televisión y tomar una baja cantidad de bebidas azucaradas es crucial para prevenir el riesgo cardiovascular en niños. De hecho, estos dos factores fueron más importantes incluso que seguir una dieta rica en frutas y hortalizas o practicar ejercicio físico. La publicidad de "comida basura" influye de forma negativa, tal y como mostró un reciente artículo de Eroski Consumer.
Nuestra alimentación, cada vez menos saludable, el estilo de vida, muy sedentario, y otros motivos englobados en el concepto "entorno obesogénico", explican en gran medida las actuales tasas de obesidad en la infancia. Los niños con exceso de peso tienen más posibilidades de padecer diversas enfermedades y además suelen sufrir más rechazo y estigmatización social que los niños con un peso normal. No menos significativo es que tendrán serias dificultades para disminuir su peso si entran en la edad adulta con obesidad. De ahí la importancia de hacerle frente a tiempo.
Además de los diez puntos anteriores, para prevenir la ganancia excesiva de peso conviene limitar el número de veces que los niños comen en restaurantes de comida rápida (fast food) y, en paralelo, promover las comidas en familia. Esto último no solo previene la obesidad, también ejerce beneficios psicosociales. Todo ello sin olvidar que las escuelas u otros ambientes educativos cercanos al niño pueden prevenir de forma eficaz esta patología. Aún así, los padres deberían tener presente la reflexión del compositor Gustav Mahler: "No hay más que una educación, y es el ejemplo".

Obesidad en la primera infancia, ¿de qué se nutre?

 
Cada vez existen más pruebas que señalan que el peso en la edad escolar puede determinar el peso que se tendrá en la edad adulta. No obstante, existen pocos datos en relación a la primera infancia. En este sentido, un riguroso estudio publicado en diciembre de 2012 en Archives of Diseases in Childhood indicó que los factores que pueden predisponer a un bebé a padecer sobrepeso u obesidad son los siguientes:
  • Sobrepeso de la madre antes del embarazo
  • Tabaquismo materno durante el embarazo
  • Peso elevado del bebé al nacer
  • Rápida ganancia de peso por parte del bebé en los primeros meses
  • Incorporación temprana de alimentos sólidos (conviene que aparezcan a partir de los 6 meses)
  • No amamantamiento
Este último factor -el riesgo que puede suponer no amamantar al bebé en relación a la obesidad infantil- ha sido mencionado por importantes documentos de referencia publicados en 2007, 2011 y 2012. No obstante, un análisis más reciente (febrero de 2013) señala que el efecto negativo del tabaquismo materno sobre la obesidad infantil se justificaría por el estilo poco saludable que suele existir en los hogares en los que la madre fuma.
En cualquier caso, la prevención de la obesidad en la primera infancia pasa por evitar el tabaquismo en el hogar, tratar el exceso de peso de la madre (en su caso), amamantar al bebé de forma exclusiva hasta los seis meses y seguir con la lactancia materna a demanda (complementándola con alimentos saludables habituales en la dieta de la familia) hasta los dos años de edad o más.



JULIO BASULTO

domingo, 12 de mayo de 2013

Nuevo cereal con menos gluten


Expertos españoles crean un nuevo cereal con todas las propiedades para elaborar una amplia gama de preparaciones como panes, galletas o cereales de desayuno


Agradable sabor, textura, aroma y color, además de altos niveles de proteína, fibra y luteína, y menos gluten que el trigo común. Estas son las principales características de Tritordeum, una nueva variedad de trigo, "un cruce entre trigo duro y cebada silvestre". Desarrollado por Agrasys, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Parc Científic de Barcelona, con técnicas tradicionales en el Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba (IAS), se trata del "primer cereal de nueva creación que se comercializa para el consumo humano", aseguran sus responsables. Esta nueva variedad es de interés para la producción de alimentos funcionales como panes, galletas o cereales de desayuno. El artículo explica cuáles son las características del nuevo cereal y en qué consiste el proceso de mejoramiento de las plantas.

La nueva variedad de trigo nace a partir de la hibridación de trigo duro con una especie de cebada silvestre (Hordeum chivense). El nuevo trigo se asemeja al pan de trigo y tiene un comportamiento agronómico y rendimiento comparable al trigo convencional, pero es más resistente a la sequía y al alto estrés térmico. Con una alta resistencia a los patógenos, este trigo precisa poco agua y pocos fertilizantes, y ya se cultiva en Andalucía, Castilla y Cataluña, además de otros países como Italia y Portugal. El nuevo cereal es el resultado de más de 30 años de investigación, tras su creación en 1977 por parte de Antonio Martín, del IAS-CSIC de Córdoba, cuando ya se descubrió que poseía ciertas particularidades que lo hacían, y lo hacen, exclusivo.

Características del nuevo cereal 'Tritordeum'

Tritordeum posee una serie de componentes nutricionales y funcionales muy particulares, distintas a las de otros cereales. Según los responsables, "tiene un alto contenido en luteína (que le aporta un color característico), fibra soluble, antioxidantes fenólicos, es rico en minerales esenciales y fructanos". A todo ello se le une además una característica fundamental: tiene niveles de gluten reactivo más bajos que el trigo común, similares a los que se han encontrado en el kamut, una de las variedades de trigo consideradas más antiguas, pariente de otras más modernas de trigo duro.

El nuevo trigo tiene niveles de gluten reactivo más bajos que el trigo común, y se asemeja al kamut

Esta particularidad significa que es "más digerible para personas con intolerancia no-celíaca al gluten", aunque no significa que sea apto para celíacos. Los niveles de gluten se han medido a partir del test de la Comisión del Codex Alimentarius, considerado el de referencia para el análisis de gluten. Inscrito en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (CPVO) de la Unión Europea, las técnicas para crear este trigo se basan en la polinización cruzada y excluyen modificación genética. En sus inicios, se comprobó que del cruzamiento de la cebada silvestre Hordeum chivense con trigo duro, el resultado era una planta fértil parecida al trigo harinero.
Según los expertos, el contenido en luteína "puede llegar hasta 20 veces superior al del trigo harinero". Hasta el momento, se han elaborado productos de alta calidad, panes y productos de pastelería a partir de este nuevo cereal, informa el CSIC. Además, es apto para cervezas y bebidas fermentadas y no está considerado ni como organismo modificado genéticamente (OMG) ni como alimento nuevo.

Especies híbridas, mejorar las plantas

Además del reciente presentado Tritordeum, desde hace años existe otra variedad de trigo, el triticale, fruto de la fertilización cruzada entre trigo y centeno. Con una alta resistencia al frío y a las enfermedades, tiene dos particularidades principales: el rendimiento y la calidad del trigo y la tolerancia a las enfermedades del centeno. Ambos son el resultado de la hibridación entre distintos vegetales, un proceso de domesticación de especies vegetales en el cual se seleccionan las características más útiles de cada planta para desarrollar semillas más rentables y fuertes. Por tanto, los vegetales híbridos son el resultado del cruzamiento de dos variedades distintas, que da como resultado una planta con rasgos mejorados de las dos.
Hablar de un híbrido obliga a mencionar el cruce de plantas en un intento para aprovechar los rasgos positivos de cada planta. La hibridación, una práctica muy antigua, puede producirse de forma natural, es decir, el híbrido se cruza en un ambiente natural, sin intervención humana. En cambio, la hibridación artificial se produce cuando existe un claro objetivo de mejoramiento, es decir, el híbrido se logra a partir de un mecanismo que puede ser la polinización artificial.

MARTA CHAVARRÍAS


viernes, 3 de mayo de 2013

La obesidad eleva el riesgo de cáncer de endometrio, mama, colorrectal, páncreas y próstata"


Felipe Casanueva, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)

"Además de provocar diabetes, la obesidad eleva el riesgo de cáncer de endometrio, mama, colorrectal, páncreas y próstata"

Felipe Casanueva es también jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Clínico de Santiago.


La obesidad conduce a la diabetes y también, en sí misma, al desarrollo de ciertos tipos de cáncer como el de endometrio, mama, colorrectal, páncreas y próstata. El 23% de la población española, es decir, ocho millones de personas, está en esta situación de riesgo, porque ha quedado bien establecida la relación entre el exceso de peso y el padecimiento de determinados cánceres a través de estudios poblacionales. De ahí, la importancia de realizar dieta y ejercicio para intentar mantener un peso adecuado. El estudio de personas con una gran obesidad, que se han sometido a cirugía bariátrica para perder los kilos sobrantes, ha permitido averiguar que la reducción de peso ayuda a disminuir el riesgo de cáncer. Sin embargo, respecto a todas estas cuestiones, aún quedan pendientes por resolver algunas dudas, como explica en esta entrevista Felipe Casanueva, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Clínico de Santiago, catedrático de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) con motivo del XXIV Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), que se ha celebrado en Sevilla.

A menudo se habla de la estrecha relación entre obesidad y el desarrollo de la diabetes. Pero, ¿es tan similar entre la diabetes y el cáncer?

Absolutamente, aunque hay que distinguir entre dos tipos de diabetes: la más conocida, la diabetes de tipo 2, y la que afecta más a los niños y es la propia de personas que necesitan tratarse con insulina desde el comienzo de la enfermedad, que es la denominada tipo 1. Sin embargo, más del 90% de los pacientes diabéticos tienen diabetes de tipo 2, son mayores y, por lo general, tienen algún familiar que también la ha desarrollado de mayor. La diabetes de tipo 2 está relacionada de manera directa con la obesidad; de hecho, sus dos principales causas son la obesidad y el sedentarismo.

Sí, pero ¿cómo se relaciona la diabetes con el cáncer? ¿O es la obesidad la causa primera del cáncer?
"La obesidad eleva el riesgo de un infarto agudo de miocardio, ictus y de diabetes"

En todas estas relaciones, una es la causa de la otra. A través de estudios epidemiológicos en grandes poblaciones ha quedado demostrado que la obesidad en sí misma puede provocar cáncer de endometrio, mama, colorrectal, de páncreas o de próstata. Esta lista de cánceres en la persona, solo por ser obesa, es cada vez mayor, pero la población no la conoce bien. No está bien informada sobre ella.

¿Quién tiene más riesgo de desarrollar cáncer? ¿Las personas solo obesas o las que son diabéticas y obesas?

Hay que realizar estudios en un mayor número de habitantes para demostrar si tienen el mismo riesgo de padecer cáncer las personas diabéticas que las que son obesas. En esta relación entre obesidad y diabetes, la duda que queda por resolver es si la diabetes en sí misma puede ser la causa, aunque cabe decir que la mayor parte de los pacientes con diabetes son obesos y está establecida de manera clara la asociación entre el desarrollo de cáncer y obesidad. Se puede sospechar también de la diabetes, aunque hay que probarlo.

Entonces, ¿tienen más riesgo de sufrir cáncer las personas que son diabéticas y obesas que las que son diabéticas pero delgadas?

"El 23% de la población española es obesa"

Sí. En cuanto a la diabetes de tipo 2, la mayoría de los casos tienen que ver con el exceso de peso. La diabetes de tipo 1 es otra enfermedad, en ella no hay un exceso de peso y el riesgo de cáncer no es mayor que el de la población general.

Un buen control de la diabetes se ha asociado a un menor riesgo de cáncer?

Está estudiado en pacientes con un peso corporal muy elevado, que han recibido un tratamiento de cirugía bariátrica para reducir el estómago, el intestino y así bajar peso corporal. En estos casos, sí se ha visto que se merma el desarrollo de cáncer. En otras palabras, controlar y reducir el peso asociado a la diabetes no solo ayuda a disminuir el riesgo cardiovascular, sino también el riesgo de desarrollar cáncer.

¿El riesgo de padecer cáncer asociado a la obesidad es proporcional al exceso de peso?

"Controlar y reducir el peso asociado a la diabetes no solo ayuda a disminuir el riesgo cardiovascular, sino también el de cáncer"

Los trabajos publicados demuestran que hay esta asociación entre los pacientes con una obesidad notable. Tal vez el sobrepeso también incremente el riesgo de cáncer, pero aún no ha quedado confirmado. Para establecer la asociación entre una enfermedad y otra, se deben realizar estudios en miles de personas y durante mucho tiempo. No obstante, que no se haya comprobado esta relación entre el sobrepeso y el riesgo de cáncer no quiere decir que no exista.

¿Cuál sería su mensaje final para la población?

Un mensaje muy importante es explicar que el 23% de la población española es obesa, lo que significa que sufren este problema de salud 8 millones de personas. No es un problema estético, sino una enfermedad muy seria, que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de fallecer. La obesidad eleva de forma dramática el peligro de un infarto agudo de miocardio, ictus y, en sí misma, de diabetes, con las complicaciones que esta conlleva. La última llamada de atención que se debe hacer a la población es que la obesidad también incrementa el riesgo de sufrir diversos cánceres. De ahí el sentido de la dieta y el ejercicio físico para no desarrollar obesidad.

Consejos para combatir la obesidad


"El mejor consejo para las personas que empiezan a acumular muchos kilos es que consulten a un endocrinólogo y, en general, que se siga una alimentación variada, en cantidades moderadas, rica en el consumo de frutas y verduras y, sobre todo, que se produzca un aumento de la actividad física", aconseja Felipe Casanueva.
Según este especialista, para realizar ejercicio, "no es necesario ir al gimnasio, sino que con practicar media hora diaria de ejercicio activo y enérgico es suficiente. Pero debe hacerse de forma continua, de manera que, si un día no se puede realizar durante media hora, al día siguiente se recupere y se haga una hora. Y, enérgicamente, es decir, que se debe caminar a un ritmo en el que sea difícil mantener una conversación si alguien va al lado. El ejercicio es importante. Hacerlo está al alcance de todos y resulta beneficioso para la mente y es el mejor aliado para olvidarse de los problemas familiares, laborales y de todo tipo. Practicarlo de forma moderada es importante".

CLARA BASSI